Esta es una historia larga. Se trata de las aventuras y desventuras de un puñado de obstinados que escucharon las palabras "imposible" y "no" de casi demasiadas bocas, a través de un proceso que duró 8 meses, que a veces parecieron 8 años y otras, cuando todo se venía encima, 8 días.
Esta es además la historia de un sueño hecho realidad con el único objetivo de convertirse en realidad y con el único incentivo de demostrar que podía ser realidad, que era posible y que la palabra operativa era "si". La contaremos en capítulos que serán anunciados a través de nuestro mailing list. Esperamos que la disfruten. - Matías Damión NACE UNA IDEA Julio Bueno era el Director del Departamento de Difusión Musical de la Dirección de Educación y Cultura del Municipio Metropolitano de Quito. Además de ser uno de los mejores músicos que tiene el Ecuador, Julio Bueno ha trabajado más por el avance de la cultura musical del país que todos los Quijotes ecuatorianos juntos. La fecha era junio del '98. El Alcalde de Quito, Jamil Mahuad Witt, en ese entonces también candidato a la Presidencia de la República en plena segunda vuelta de su campaña electoral. Pero a Julio Bueno le preocupaba algo además de la campaña de su alcalde y amigo: "Agosto Mes de las Artes" se venía encima y, si bien era posible que fuera el sucesor de Jamil Mahuad quien los ejecute, era responsabilidad de esta administración la planificación del enorme despliegue cultural que se ofrecía a la ciudadanía durante el mes de agosto desde hace ya 6 años. Dentro de todo ese despliegue, había además un elemento en particular que significaba para Julio una preocupación adicional - aparte del bajísimo presupuesto y el escaso apoyo de la empresa privada que fue siempre la "preocupación estelar" - : los rockeros. Para Julio Bueno el Rock siempre fue Cultura. Julio es de hecho una de las pocas personas en el Ecuador que no solo lo usa como eslogan, sino que además lo defiende y lo desarrolla: el Rock siempre tuvo un espacio importante en su pensar, en muchos de sus proyectos y, obviamente, en el Mes de las Artes. Pero la realidad era la realidad: tanto el Municipio Metropolitano de Quito como el Consejo Provincial del Pichincha - en sus Jornadas Culturales de Mayo - habían tenido siempre problemas con los conciertos de Rock: con los músicos, con el público y, más que nada, con el inevitable estado de "área de desastre" en que quedaba el lugar después del concierto. Del porqué de ésto hay muchos puntos de vista y no es intención de este relato el entrar en esa polémica, pero la realidad era esa y esa la preocupación de Julio: ¿qué hacemos con los conciertos de Rock? Riccardo Perotti era ya un conocido músico en Ecuador, no solo por sus éxitos en radio sino además por su costumbre de inmiscuirse en asuntos "no muy cotidianos" para un músico y por su afición a tomar o aceptar retos de "proyectos imposibles". En los últimos 8 meses había montado un concierto de 62 horas ininterrumpidas frente al Congreso Nacional para "incentivar" a los diputados a aceptar la propuesta de los Países Garantes hacia la firma de la Paz entre Ecuador y Perú; había enfrentado - exitosamente - a la Sociedad de Autores y Compositores Ecuatorianos en defensa de la Ley de Propiedad Intelectual ante el Congreso y había producido una gira de 12 conciertos por 12 ciudades en 12 días - en bus! - para apoyar la candidatura presidencial de Jamil Mahuad. El volcán Pululahua no había hecho nada durante más de 25 siglos, aparte de embrujar a Incas, monjes Dominicos, ufólogos, místicos, fotógrafos, hippies, músicos, pintores, shamanes, turistas, ecologistas, comunos, etc., y tentar a más de un empresario a pensar "¡hay que hacer algo aquí!". Además de una que otra guitarreada bajo las estrellas, sin embargo, el único evento del que se conoce ha sido realizado dentro del cráter del Pululahua es la "Activación de la Segunda Puerta" de los 11:11 por Solara en junio del '93. ¿Qué hacemos con los conciertos de Rock? - Julio había ya decidido algunas cosas: 1) se haría un solo megaconcierto en vez de los 4 acostumbrados, 2) se lo haría en un "lugar diferente" (Julio pensaba en Santo Domingo de los Colorados: el Mes de las Artes quería expanderse más allá del Distrito Metropolitano de Quito) y, 3) habría que encargárselo a "alguien". Julio llamó a "alguien": Riccardo Perotti estuvo de acuerdo con lo primero y lo tercero, pero pensaba que el "lugar diferente" tendría que ser otro: aparte de que su distancia con Quito complicaba la logística de producción, Santo Domingo de los Colorados presentaba un escenario muy tropical para el tipo de evento. El Rock se identificaba, según Perotti, más con parajes místicos, páramos y niebla, más con la onda Led Zeppelin de castillos y bosques que con la humedad cálida y el aroma de palma de Sto. Domingo. Tenía que ser algo especial: los páramos del Cotopaxi, los bosques del Parque Metropolitano, qué se yo, ...a ver, ...eeeh, ...mmmh, .........zas! : el Cráter del Pululahua!!! Julio abrió los ojos, levantó las cejas , ensayó una sonrisa y no atinó a decir mucho. Sabía que era una locura, pero sabía también que Perotti tenía razón: ese era el lugar! "Si, hermano, pero... y Santo Domingo?" Era mediados de junio. Riccardo Perotti salió de la casa de Julio Bueno pensando "Dios mío, esta vez si que me metí en una!". Luego de unas horas de álgidas visualizaciones, elucubraciones, emociones y negociaciones, las cosas habían quedado claras: Perotti produciría un festival anual de Rock en el Cráter del Pululahua; tenía que ser internacional desde el primer año - aunque sea con grupos de las fronteras! -; Mes de las Artes no podría financiarlo, pero aportaría con luces y sonido, el resto habría que conseguirlo de auspiciantes; tenía que ser de mínimo 2 días para reducir los costos fijos y se haría el último fin de semana de agosto para contar con el mayor tiempo posible. "¿Pero...y Santo Domingo?" Ah, si, Perotti se había comprometido además a producir un Festival Internacional de Música Tropical en Santo Domingo de los Colorados; sería de 2 días de duración, habría que conseguir auspicios para éste también y se lo haría el penúltimo fin de semana de agosto ...para tener tiempo! La suerte estaba echada. Habría que conformar dos equipos de producción, mandar e-mails, hacer presupuestos, carpetas, logotipos, buscar nombres, pasar la cama a la oficina, llamar a las disqueras, pensar en grupos de Rock, pensar en grupos tropicales..., ...¡ Perotti no sabía nada de música Tropical !... mmmh, se lo encargaría a "alguien". Habría que buscarse un par de "alguienes" para sacar toda ésta locura adelante... La suerte estaba echada... |
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