<<- Nace una idea

BRINCOS Y SALTOS

Una semana sin sueño más tarde, y desde una pequeña oficina de 16m cuadrados con un escritorio compartido, el 'equipo de producción' al mando de Perotti había ya mandado a confeccionar papelería, carpetas y web sites para los dos eventos y se concentraba en contactar artistas y disqueras. Perotti haría la dirección de "Pululahua, Rock desde el Volcán", dejando la del "Festival Tropical Zaracay" a un empresario ecuatoriano cuyo nombre se mantendrá en el anonimato.

La historia de porqué el "Festival Tropical Zaracay" tuvo que ser suspendido a última hora, a pesar de que llegó a contar con un envidiable cartel, es larga y penosa. Entra en este relato sólo como la primera de las experiencias que Perotti tuvo con 'profesionales' del espectáculo y que lo llevaría a su decisión final de conformar un staff de gente 'amateur' para el Festival del Pululahua (ver ¿Quién lo hizo?). Otro efecto, quizás más directo, fue la pérdida de credibilidad ante las disqueras del país, algo que, afortunadamente, obligó a Perotti a optar en un 100% por el Internet como medio para localizar artistas y buscar apoyo.

"Ah, el Woodstock ecuatoriano", fue una de las primeras reacciones escuchadas ante la idea del Festival. Aunque potencialmente halagadora, la asociación de ideas no era muy reconfortante, especialmente una vez que la noticia llegara a los ecologistas. "Al toro por los cuernos": además de dedicarse a estudiar todo sobre "que, porqué y cómo evitar lo que salió mal en Woodstock", Perotti decidió contratar a Francisco De la Torre, Ingeniero Ambiental, para la elaboración de un Estudio de Impacto Ambiental que estableciera las pautas a seguir para evitar que el volcán Pululahua y la Reserva Geobotánica que lo rodea, sufrieran daño alguno como consecuencia del Festival. El resultado fue un extenso documento que cubría desde el nivel de ruido permitido para el sistema de audio hasta el diseño de los sistemas de desalojo de desperdicios, provisión de agua potable, energía eléctrica, baterías sanitarias, basureros, posos sépticos, senderos de circulación, alumbrado, seguridad, parqueaderos y un muy largo etcétera.

La reacción ante la iniciativa fue buena: aparte de algunos ceños fruncidos por aquí y por allá, todas las instituciones con autoridad sobre el Volcán Pululahua se quedaron relativamente tranquilas, ya sea porque pensaron que las cosas se estaban haciendo bien o porque confiaban en que la idea sería igual irrealizable. Algo que destacar como antecedente: Danilo Silva, quien primero escuchó la idea como socio de la Fundación Ecociencia pero recibió el Estudio de Impacto Ambiental ya como Director Ejecutivo del INEFAN (Instituto Ecuatoriano de Forestación y Areas Naturales), mostró un entusiasmo visionario hacia el proyecto, considerándolo como una oportunidad para acercar a los jóvenes a una conciencia más cercana de su entorno y del respeto a la naturaleza. Se ensayaron, incluso, algunas ideas sobre actividades didácticas paralelas al evento, una Feria Verde, etc., que lamentablemente sufrieron un cruel destino, como veremos más adelante.

Aunque con el tiempo encima, las cosas iban bien. Fue solo a raíz del primer intento de conseguir auspicios que la primera dura realidad salió a flote. Nadie lo había tomado en cuenta: ¡el mes de agosto es plena temporada alta! Incluso si la compañía aérea hubiera aceptado la propuesta, era imposible conseguir más de 120 cupos internacionales para esas fechas!

El entonces todavía reducido equipo de producción tuvo su primera reunión de emergencia, pero para cuando había concluido el largo debate sobre qué hacer, la única propuesta que había sobrevivido a la realidad era la de mandar a comprar una botella de Whisky: no había salida, habría que buscar una nueva fecha. En honor a la verdad, hacia el 3er trago cada miembro del equipo saboreaba un secreto sentimiento de alivio al contar con un poco más de tiempo. Nadie se habría atrevido a decirlo abiertamente. Un resignado "todo es para bien" es todo lo que acompañaba al ruido del hielo en los vasos. En honor a la verdad, era cierto.

A la mañana siguiente, luego de un par de aspirinas, se tomaron varias decisiones: se cambiaría de marca de Whisky, se ampliaría el equipo a un número más de acuerdo con las cosas que había que tomar en cuenta y la nuevas fechas para el Festival serían del 9 al 12 de Octubre. Carmen Rosa Ponce, la entonces Directora de Cultura del Municipio de Quito, accedió a "estirar" un poco el Mes de las Artes y garantizar el apoyo prometido al Festival.

El cambio de fecha resolvió además muchos conflictos en las agendas de artistas que querían participar y el cartel del Festival tomó un carácter un poco más serio gracias a la adición de Girasoules de España. Los auspiciantes se mostraron más interesados por el evento, aumentó el tráfico en el web site, más artistas hicieron sus propuestas y en general, la vida era bella y "Rock desde el Volcán" se solidificaba.

En algún escritorio de alguna de las instituciones con autoridad sobre el Pululahua, alguien empezaba a sentirse incómodo.



...continuará...



NOTA: En realidad la historia nunca se terminó de redactar. El Ecuador entró en una dura y turbulenta crisis y fue cada vez más difícil conseguir el tiempo voluntario de todos los que de alguna manera compartíamos este sueño, cada vez más opaco y lejano al ver que nuestro país se hundía.

Quizás vovlamos a encontrarnos otra vez para terminar de contar nuestras historias ... con un poco de suerte, quizás sea dentro del cráter!




 

 
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